Cuando el cliente no importa

© Flickr | Fiat-Chris

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Todos hemos sufrido algun caso de maltrato por parte de una empresa de la que somos clientes. Nadie se escapa de su prepotencia, sobretodo cuando saben que por contrato tienes que quedarte con ellos. Y sí, en efecto, para todos aquellos que se han sentido identificados, estoy hablando de las operadoras de teléfono.

Este ha sido mi caso de estas Navidades

Por Reyes, de forma anticipada, me regalaron un teléfono móvil que requería de una tarjeta SIM especial (como tantos ahora). Cuando compramos el teléfono, con renovación de contrato de permanencia incluida, nos dijeron que en ese momento solo disponían de una SIM de las que requiere mi teléfono y que, justamente, estaba reservada. Así que nos fuimos con el teléfono y nada más.

Hasta aquí nada extraño.

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© Flickr | simplesketch

Fuimos a diferentes sitios (todos del operador en cuestión) para conseguir la tarjetita. En el primero dijeron que no había problema, que la hacían en el momento y ¡que tenían! Perfecto pensé, hasta que mi pareja tuvo la gran idea de preguntar si mi SIM seguiría funcionando y nos contestaron que no, que cuando activaran la SIM especial la mía dejaría de estar operativa. Así que decidimos pensarlo porqué el teléfono era un regalo de Reyes y era pasar una semana sin móvil. Mientras lo pensabamos, aproveché para llamar a atención al cliente de mi operador ya que no entendía por qué mi SIM dejaría de funcionar. Según me dijeron es un protocolo porque los duplicados de SIM (sí, cambiar de SIM para que sea compatible con tu teléfono es un duplicado) se hacen cuando hay un robo o pérdida del teléfono y ya han estandarizado anular la SIM anterior. En esas empecé a pensar en las personas que igual querrían sorprender a alguien regalando un teléfono… ¿mi conclusión? o adiós sorpresa o mejor que sea capaz de vivir (y no darse cuenta) sin móvil.

Comienza la locura

Desestimamos la idea de coger la SIM en ese momento y decidimos esperar al sábado 5 por la tarde para así solo estar unas horas sin teléfono. El sábado 5 vamos a la tienda donde compramos el teléfono y nos dicen que no tienen y que, además, no saben cuando tendrán porque se están retrasando. (Son las fechas nos dicen…)

© Flickr | zanydog

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Volvemos a la tienda donde el otro día nos dijeron que tenían (además con emfásis, como si tuvieran muchas) y nos comentan que la máquina para cortar tarjetas está estropeada y que, además, del tamaño que necesita mi teléfono no las hacen (¿No? ¿El otro día no era que sí?) Vamos a otra tienda de mi operador y tampoco tienen, pero nos comentan que cerca hay una tienda donde cortan las tarjetas para adapatarlas (menudo yuyú… Sí, ese era mi pensamiento). Vamos, cortan mi SIM y me quedo sin teléfono y sin la certeza de si funcionaría bién eso…

Creo que mi cara reflejaba el pánico de pasar un día entero sin SIM (en Reyes todo estaría cerrado) así que probamos en otra tienda de mi operador donde nos comentan que cuando compramos el teléfono la tienda tenía la obligación de darme una SIM para él y que, además, estuviera activa. Teniendo en cuenta la de tiendas y vueltas que llevábamos mi ira iba en aumento y decidimos volver a la tienda original para… para comentar el caso y el descontento. Antes, por si a caso, llamamos a atención al cliente para comentar la situación y que nos dijeran quién tenía razón (en previsión que en la tienda original nos dirían que eso no era así). Según atención al cliente, sí: yo debería haber salido de la tienda con teléfono nuevo activo.

De vuelta a la primera tienda, comentamos lo que nos han dicho en otra tienda y, como era de esperar, nos dicen que eso no es así. Cuando digo que he hablado con el operador (y no una tienda) y que me han dicho que era responsabilidad de la tienda donde compraba el teléfono darme una SIM. Me dicen que lo único que pueden hacer es reservarme una SIM cuando les lleguen. Al final reservamos una tarjeta y me dicen que deberían tenerla el siguiente miércoles. Así que me quedé deseando que mi pobre SIM mutilada funcionará con el teléfono nuevo.

Día de Reyes

Abrí mi regalo, probamos si funcionaba mi tarjeta mutilada y… Sí, !funcionó! Con mi teléfono nuevo, más contenta que una niña con zapatitos nuevos. Pero aún así, en cuanto pude fuí a buscar la SIM que tenía reservada y, por suerte, tuvieron la decencia de no cobrármela (un duplicado de tarjeta tiene un coste de 5€ del que no me informaron cuando compré el teléfono nuevo).

Conclusión

Me parece más que indignante que:

  • En la tienda no me avisasen de costes asociados al cambio de tarjeta.
  • No pudiera tener operativas las dos tarjetas. Entiendo que no puedan estar encendidos los dos teléfonos, pero ¿las dos tarjetas?
  • Que, en caso de que le pase algo al teléfono y tengan que repararlo, tenga que hacer un duplicado para tener una SIM y después hacer otro duplicado para volver a tener la SIM especial.
  • La falta de información y coordinación entre las tiendas distribuidoras y el operador.
  • Que, como me comentaron, solo les lleguen a las tiendas tantas tarjetas especiales como teléfonos porqué, como estuve hablando con una de las dependientas, si alguien compra el teléfono libre y después quiere una SIM especial no pueden negarse a vendérsela.

Por suerte, mi historia acaba bien, pero aún así me dejó con la sensación que una vez has firmado un contrato de permanencia dejas de importar porqué por mal servicio que te den vas a quedarte o pagar una multa estratosférica.

No digo la empresa con la que he tenido el problema porqué sé que pasa con todas. Y si me pongo a contar problemas anteriores, con otras compañías, no acabo jamás.

¿Vosotros habéis sido víctimas del abuso de poder de alguna compañía?