Las emociones venden: Audi A4

Que una marca utilice la emoción como argumento no es nuevo, más bien es algo recurrente y, aún así, el anuncio de Audio funciona perfectamente como pieza audiovisual.

¿De qué anuncio hablo?

Ahora es más fácil el decir «ah sí, yo he visto ese anuncio». Pero de buenas a primeras, no es tan fácil saber que es de Audi.

Como ya he dicho, emocionar es algo recurrente y más en este sector, pero este lo recuerdo especialmente. La primera vez que lo vi, no lo vi completo y hasta el momento en qué aparece la marca estaba convencida que era un anuncio de Apple.

El problema de que hiciera esta asociación es que, por bueno que sea el anuncio, si no se ve bastantes veces es difícil asociarlo a la marca. Emocionar es algo que pueden hacer diferentes marcas y diferentes sectores. La tecnología tampoco es exclusiva del sector del automóvil.

Si no hay elementos distintivos y que, realmente, consigan que, fácilmente, se asocie el anuncio a la marca… el anuncio es bonito, pero ineficaz.

Y con todo esto, me enamoró este anuncio. Considero que se han elegido de forma magistral las escenas para emocionar con algún clásico como la mujer embarazada viendo una ecografía (que sea un clásico no quita que no sea altamente efectivo) o el niño tocando un iPad (¿se entiende que pensara que era de Apple?) y riendo…

La emoción, a diferencia de lo racional, no es cuantificable. Cuando compramos algo porque nos emociona, no lo hacemos porqué tenga más de algo y eso es lo que hace tan atractivo emocionar en los anuncios.

Si nos emocionan, no necesitamos argumentos. Necesitamos sentir esa emoción a través del producto.

Spot y música, cuando no se elige bien [Case studio: Adeslas]

La música es un factor muy importante en los anuncios, ayuda a recordarlos mejor y empaticemos más con el spot. Por eso me sorprendió la elección de Adeslas para su anuncio actual: We are the champions. La canción me parece maravillosa y mucho más adecuada para una aseguradora la versión menos rocker que presentan, pero aún así me chirría por la letra:

We are the champions, my friend
And we’ll keep on fighting till the end
We are the champions
We are the champions
No time for losers
Because we are the champions

El claim final del anuncio reza: Número 1 en Seguros de Salud. Asociar We are the champions a ser el número 1 en seguros de salud me parece perfecto, pero creo que al elegir la canción nadie tuvo en cuenta el verso «No time for losers» que suena cuando una madre abraza a su bebé recién nacido. Justo antes de estas imágenes aparece un chico joven con el pelo rapado (asumiremos que tiene cáncer) y fue la imagen de este chico la que hizo que, para mi, esta música dejara de ser adecuada, para ser hasta ofensiva.

Si digo que el cáncer es una lucha o una batalla, no seré innovadora, miles de personas lo han dicho antes y, por eso, me parece de muy mal gusto usar una canción que dice claramente No time for losers traducido (cojo una traducción que he leído en Letras en inglés) «no es el momento para los perdedores». Estoy convencida que no han visto que se podía asociar el no time for losers con todas aquellas personas que igual no ganaron la batalla al cáncer, y que no lo hayan visto me enoja más porqué sé que un anuncio pasa por tantísimas revisiones y reuniones que no entiendo como nadie se ha cuestionado si alguien podía ofenderse.

Repito: estoy convencida que no han visto esta posible asociación, pero si yo la he visto ¿cuanta gente más puede?

Cuando anuncio y noticia hieren sensibilidades

The Herald foto: 233 grados

Se ha vuelto un hecho demasiado recurrente que al lado, o cerca, de una notícia sobre un desastre aparezca un anuncio relacionado. No me atrevería a decir el 100%, pero sí que una gran mayoría es fruto de la mala combinación planificador de medios – editor. Uno de los últimos casos lo protagoniza el diario estadounidense The Herald con un anuncio sobre armas al lado de la notícia de la masacre en Connecticut.
Como era obvio, el editor del periódico, Paul Osmundson, ha pedido disculpas.

El trabajo del planificador de medios está en optimizar al máximo un presupuesto para inserir los anuncios en diferentes medios teniendo en cuenta el target de la campaña, la audiencia del medio entre otras cosas. Un planificador de medios, como su nombre indica: planifica, cosa que significa que no decide cada día dónde insertará la publicidad. Además se compra por espacio (media página, página entera, roba-páginas…) y el pobre planificador no sabe qué tendrá al lado.

El editor es quien debería haber visto que ese anuncio allí podría herir sensibilidades y moverlo dentro del propio periódico. Pero parece que ese trabajo de revisión pide demasiada dedicación y no se hace tan exhaustivamente como se debería y por eso encontramos erratas, faltas ortográficas… o anuncios puestos con poco decoro. Como explicó el editor del The Herald, los anuncios suelen estar antes que las notícias.

Costa Concordia en 20 minutos

Otro problema que cada vez se hace más frecuente es debido a las campañas online. Recordando el caso del Costa Concordia, el barco que naufragó, al buscar en Internet Costa Concordia no era extraño que aparecieran anuncios llamados display sobre cruceros o barcos. El problema de los anuncios en display en esos casos es, básicamente, la concordancia de las palabras del hecho con las keywords del anuncio. Pero todo es evitable, o minimizable, con un buen uso de las keywords negativas.

Si nuestro anuncio se encuentra en alguna situación así la única opción es estar pendiente de las publicaciones en papel y añadir rápidamente keywords negativas en el caso del online.